Denarios Republicanos: De Moneda Anónima a Símbolo de Poder Imperial
La historia del denario romano refleja el ascenso y la transformación de Roma desde una modesta república hasta un vasto imperio. Lo que comenzó como una moneda de uso común, anónima y práctica, se convirtió con en una poderosa herramienta de propaganda que proyectaba la grandeza y las ambiciones de los líderes romanos. Esta evolución se puede seguir a través de distintas etapas, cada una marcada por cambios en el peso, el simbolismo y la función de la moneda. Un espejo fiel de los cambios políticos y sociales de Roma.
Denarios Anónimos (211 a.C. - mediados del siglo II a.C.)
El denario nació en 211 a.C., durante la Segunda Guerra Púnica, en un momento en que Roma necesitaba un sistema monetario estable para financiar sus campañas militares, entre otras cosas. Los primeros denarios eran anónimos: no llevaban inscripciones de ningún emisor ni retratos de individuos vivos, solo figuras y símbolos que todos los romanos reconocían y compartían. En el anverso, la diosa Roma, con su casco imponente, era un recordatorio del poder y la identidad común de la ciudad. En el reverso, los Dioscuros, representando el espíritu de victoria y protección divina.
Ajustes de Valor y el Surgimiento de los Monetarios (141 a.C. - finales del siglo II a.C.)
En el año 141 a.C., el denario experimentó un cambio importante al pasar a representar 16 ases de bronce en lugar de 10, una medida que reflejaba la devaluación del bronce y la necesidad de un ajuste en la economía romana. Este cambio no alteró su peso, que seguía siendo de 4.5 gramos de plata, pero preparó el camino para futuras adaptaciones.
La Figura de los Monetarios
Los tresviri monetales eran funcionarios que supervisaban la acuñación y trabajaban en grupos de tres, lo que les otorgaba el título de triumviri.
El cargo de monetario era anual, aunque existe debate sobre su método de designación. Michael Crawford sostiene que eran elegidos por la ciudadanía, a pesar de que esto no les daba acceso al Senado. Andrew Burnett, por otro lado, cree que eran designados por los cónsules, observando vínculos familiares entre los monetarios y los cónsules de la época.
Antes de la formalización del cargo, figuras como Quinto Lutacio Cerco (Crawford 125/1), Terencio Varrón (Crawford 126/1) o Cecilio Metelo (Crawford 132/2), entre otros, ya supervisaban la acuñación de monedas en el siglo II a.C.
Con la institucionalización del cargo a partir del 141 a.C., se consolidó la práctica de incluir el nombre de los monetarios en las monedas como, por ejemplo, en las emisiones de Lucio Atilio Nomentano (Crawford 225/1) o Cayo Titinio (Crawford 226/1). Esta formalización les dio visibilidad y los estableció como una parte reconocida del sistema monetario romano.
Los monetarios no solo supervisaban la producción, sino que también elegían los diseños, lo que les permitía destacar a sus familias y logros.
Entre los primeros en usar las monedas para destacar motivos personales o familiares se encuentra la Gens Pompeya. En el 137 a.C, el monetario Sextus pompeius acuña el Crawford 235/1 con la escena de Faústulo, la loba y los gemelos. Según la leyenda, Fáustulo, el pastor del rebaño real, rescató a los gemelos Rómulo y Remo del Tíber, donde eran amamantados por la loba. Los llevó a casa, donde su esposa Larencia los crió. Al crecer, Rómulo y Remo fundaron Roma en el sitio de su rescate. Esto sugiere que el monetario intentaba vincular a su linaje con Faústulo, en honor a su papel en la fundación mítica de Roma.
Dioses y deidades se integran en las acuñaciones.
En el 137 a.C., tras setenta y cinco años de emisiones en las que Roma en el anverso y los dioscuros en el reverso eran el aspecto general, se acuña por primera vez un anverso sin Roma. En su lugar, figura Marte (Crawford 234/1).
Veinte años más tarde, en el 119 a.C., Marco Furio Philus emite un denario con Jano en el anverso (Crawford 281/1).
En el 114 a.C., por tercera vez, un denario carece de Roma en el anverso; en este caso, Cayo Fonteio introduce a Jano con cada cara representando a uno de los Dioscuros (Crawford 290/1).
Desde entonces, los denarios con Roma y los Dioscuros empiezan a desaparecer. De hecho, en el 121 a.C., Cayo Plautio emite el último de este tipo (Crawford 278/1).
A partir de ahí, durante unos sesenta años, los dioses se convierten en los protagonistas en los anversos de los denarios. Marte, el primero en aparecer, sale en un total de 29 denarios y es reclamado por doce monetarios. Apolo es el dios que más veces aparece (86) siendo reclamado por treinta y seis monetarios. Júpiter, el dios de los dioses, en 41 emisiones de veintidós distintos monetarios.
De todo ello se tiene una extensa explicación en nuestro artículo de Dioses y deidades en los denarios de la república romana.
Denarios Durante las Guerras Sociales (91 a.C. - 88 a.C.)
Las Guerras Sociales fueron un periodo de agitación en el que los aliados italianos de Roma reclamaban igualdad de derechos. Durante este tiempo, las monedas no solo eran un medio de intercambio, sino también un vehículo de mensajes políticos. Algunos aliados italianos comenzaron a acuñar sus propias monedas con iconografía distinta, como dioses itálicos y símbolos de resistencia. Estas monedas competían con los denarios romanos y reflejaban las crecientes tensiones y divisiones dentro de Italia. Para los romanos, las monedas se convirtieron en recordatorios tangibles de la lucha por el poder y la igualdad.
Un ejemplo representativo de este periodo es el denario de Lucio Calpurnio Piso Frugi (Crawford 340/1), emitido en el año 90 a.C., en plena guerra. En su anverso, la moneda muestra la cabeza laureada de Apolo, símbolo de protección y esperanza en medio de la crisis. En el reverso, un jinete desnudo galopa portando una rama de palma, una antorcha o un látigo, símbolos de victoria, guía y dominio. La elección de estos elementos sugiere una celebración de la destreza y el triunfo militar de Roma, posiblemente aludiendo a la confianza en la victoria y la supremacía romana sobre sus adversarios en la guerra. Esta iconografía funcionaba como propaganda, recordando tanto a ciudadanos como a enemigos que Roma se mantenía fuerte y victoriosa, incluso en tiempos de conflicto.
Otro ejemplo podría ser el Crawford 343/1b que acuñó Marcus Porcius Cato. En el reverso aparece la figura de Victoria, sentada y sosteniendo una patera en la mano derecha y una rama de palma sobre el hombro izquierdo. La patera simboliza un acto de sacrificio o agradecimiento a los dioses, mientras que la palma representa el triunfo. La leyenda “VICTRIX” refuerza la imagen de la victoria militar, destacando la idea de que la victoria y la gloria están bajo la protección divina, un mensaje de esperanza y determinación en un tiempo de guerra y crisis.
Denarios en la Época de Sila: Instrumento de Poder y Control (88 a.C. - 78 a.C.)
La época de Sila estuvo marcada por una serie de conflictos internos que algunos consideran una especie de guerra civil temprana. Durante este periodo, Sila usó las monedas para financiar sus campañas militares y reforzar su autoridad. Este uso estratégico de la acuñación de denarios sentó un precedente para los futuros líderes que recurrirían a la propaganda monetaria en tiempos de guerra.
Una de las emisiones más representativas es el Crawford 359/2, acuñado entre el 84 y 83 a.C., que lleva la leyenda “IMPER” en el reverso, destacando su posición como comandante victorioso. Esta iconografía enfatiza tanto la autoridad militar de Sila como su aspiración a un control más absoluto, proyectando su liderazgo durante un periodo de alta inestabilidad en Roma.
Otro ejemplo es el Crawford 367/3, emitido en el 82 a.C. En el reverso aparece la leyenda “L•SVLLA•IMP”, bajo un triunfador en cuadriga que está siendo coronado por una Victoria voladorea. Evidentemente todos sabemos quién podría ser el triunfador representado.
Estas emisiones no solo celebraban las victorias de Sila, sino que también eran un recordatorio tangible de su dominio y un precedente en el uso de la numismática como herramienta de propaganda personal y política.
Denarios Imperatoriales: Financiación y Propaganda Militar (70 a.C. - 31 a.C.)
El siglo I a.C. trajo guerras civiles que impulsaron una nueva era en la acuñación de denarios romanos. Durante el Primer Triunvirato, compuesto por Pompeyo, Craso y Julio César, las monedas se volvieron clave para financiar las campañas y consolidar la autoridad. Los denarios imperatoriales, acuñados en grandes cantidades y con variaciones en peso y pureza, reflejaban la urgencia de estos líderes. La iconografía militar destacaba sus logros, aunque el uso de retratos de personas vivas aún no era común.
Julio César irrumpió con su famoso denario del elefante lanzando un claro mensaje militar y sobre quien era el pontífice máximo.
Los cónsules L.Cornelius Lentulus y C.Claudius Marcellus, claros partidarios de Pompeyo que tuvieron que huir a Sicilia a medida que César se acercaba a Roma con sus legiones, tampoco perdieron la oportunidad de enviar sus mensajes militares con el siguiente denario
Con bando de pompeyano destaca las victorias navales de Pompeyo.
Y al bando de César tampoco se le pasa recordar sus triunfos en las Galias
En el año 54 aC, Lucio Domicio Ahenobarbo y Apio Claudio Pulcro ejercían de cónsules y eran conocidas sus posturas poco favorables a Julio César. En el mismo año, el monetario Quinto Pompeyo Rufo, acuñó un denario en el que recordaba al dictador Sila
Unos años después, ya habiendo fallecido Pompeyo el grande, su busto es recordado en algunas acuñaciones de denarios (crawfords 470 y 477)
Y entonces ya no tardaría en suceder lo que tenía que pasar. Poco antes de su asesinato, César presionó al Senado para que permitiera que su busto apareciera en las monedas. El número de monetarios aumentó a cuatro (Quattuorviri) y, por primera vez en la historia romana, el busto de un individuo vivo aparecería en las monedas.
Durante el Segundo Triunvirato (43 a.C. - 31 a.C.), con Octavio, Marco Antonio y Lépido, las monedas se convirtieron en herramientas de propaganda política. Julio César ya había roto con la tradición al haber acuñado el primer denario con el busto de una persona viva y dicha práctica empezó a ser adoptada por nuevos personajes.
Marco Antonio se presenta con una acuñación en la que viene a representarse como sucesor de César, o al menos de sus políticas, pues no solo apareció su busto en el anverso sino que también aparecía el del dictador asesinado en el reverso de la moneda.
Como no podía ser de otra forma, el monetario Publio Clodio acuñó un denario donde venía el busto de Octavio y la leyenda III VIR R P C, que se traduce como Triunviro para la Restablecimiento de la República.
Lépido, otro de los generales de César también hizo acto de aparición. En este caso, junto a Octavio, transmitiendo un mensaje de unidad entre un general de César y su Octavio, su hijo adoptivo.
Por el otro lado, Marco Junio Bruto pretendía recordar a sus tropas, y a toda Roma, que fue él quien los liberó del dictador y, por lo tanto, el que salvaría la República Romana. Para ello, no podría haber un mensaje más claro que su busto en el anverso y la referencia a los idus de marzo en el reverso.
Y Sexto Pompeyo, hijo del desaparecido Pompeyo el grande, también se apremiaba para recordar lo que citan las leyendas del siguiente denario:
- MAG PIVS IMP ITER Magnus, Pivs, Imperator, de nuevo. Subrayando el estado de su padre como comandante destacado que había sido reconocido repetidamente por sus victorias y lealtad a los principios republicanos.
- PRAEF CLAS ET ORAE MARIT EX S C Praefectus Classis et Orae Maritimae ex Senatus Consulto, que se traduce como Prefecto de la Flota y de la Costa Marítima por Decreto del Senado.
El final de la república y sus denarios
Una vez dirimidas las diferencias entre los segundos triunviros y los asesinos de César, terminando con la victoria de los primeros, llegaba el fin de los denarios en la época republicana. Antes, Marco Antonio no cesó en el uso de los denarios para emitir sus mensajes. Destacan el denario que emitió con Cleopatra y, sobre todo, los millones de denarios conocidos como los denarios de las legiones de Marco Antonio
Pero al final, después de la batalla de Actium en el año 31 a.C. la última palabra la tuvo Cayo Octavio. El siguiente denario fue emitido bajo la autoridad de Cayo Octavio y Lucio Pinario Escarpo. Octavio se consolidó como el hombre más poderoso de Roma, marcando la transición hacia el Imperio. Lucio Pinario Escarpo, leal a Octavio, desempeñó un papel importante como gobernador en este periodo decisivo. Escarpo era reconocido por su fidelidad a Octavio, especialmente en un momento donde la lealtad era vital para consolidar el poder tras las traiciones de aliados de Marco Antonio. El reverso muestra a Victoria de pie sobre un globo, avanzando hacia la derecha, sosteniendo una corona atada con un filete en la mano derecha y una rama de palma sobre su hombro izquierdo. La leyenda AVG PONT CAESARI DIVI F cita a Octavio como “Augusto” “Pontifice máximo” “hijo del divino César”, reforzando su legitimidad y divinidad en su propaganda. Esta representación simboliza el dominio universal de Roma bajo la dirección de Octavio y marca el fin de la época republicana, ya que este denario es considerado por algunos expertos como una de las últimas emisiones republicanas que antecedieron la reforma monetaria del Imperio.
Reforma de Augusto y la Centralización Imperial (27 a.C. - 14 d.C.)
Con el inicio del Imperio bajo Augusto, la emisión de monedas se centralizó y se reformó para consolidar el poder imperial. Augusto estabilizó el peso del denario en 3.9 gramos de plata y lo utilizó como una herramienta de propaganda directa. Las monedas llevaban su imagen y sus logros, y servían para reafirmar la estabilidad y el control que había restaurado tras las guerras civiles.
Para los romanos, las monedas se convirtieron en un recordatorio constante del nuevo orden. La figura del emperador aparecía en cada moneda, reforzando su presencia en la vida diaria de los ciudadanos y en la imagen colectiva de Roma. Esta centralización eliminó la figura de los monetarios y consolidó la función de la moneda como un símbolo de la autoridad y el poder unificado del emperador.